El fundador de esta familia hospitalaria es el Pbro. José Agustín Gómez Díaz, nacido en Santiago de Chile, el 28 de Agosto de 1830.
En 1854 se recibe de sacerdote diocesano, consagrándolo el Arzobispo de ese tiempo Monseñor Agustín Valdivieso. Al día siguiente canta su primera misa, asumiendo el compromiso de entregarse por entero a sus hermanos sirviéndolos y dando la vida por ellos si fuese necesario.
La vida y obra del Padre José Agustín Gómez Díaz es la entrega incondicional a Cristo, identificado con los pobres que sufren.
Su amor, al igual que Cristo, lo llevó a aceptar los desafíos que le imponía la sociedad y no trepidó ante el mandato del Señor a ir a la cárcel, a la guerra y al destierro, situación que se produjo por divergencias con las autoridades eclesiásticas de Santiago, de donde dependía la Congregación Hermanas de San José que había fundado en San Felipe (siendo la primera Congregación Chilena).
Fue destinado a la ciudad de San Carlos, pequeña ciudad, dependiente de Concepción. “Con 73 años a cuestas, el anciano sacerdote emprende su viaje al sur de Chile desde la histórica Estación Central. Su meta, por el momento, es la ciudad de Concepción, que se halla a más de 500 kilómetros al sur de Santiago.
Allí espera en contrarse con su viejo y querido amigo el Obispo de Concepción don Plácido Labarca. El viaje es largo y le llevará por lo menos unas diez horas, tiempo suficiente para meditar, para pensar, leer y dormitar” (Fernando Silva Rivas, “Recopilación hechos históricos de la Congregación”). Él viene desaforado; se viene impedido de regresar a su pueblo, el pueblo al que entregó lo mejor de su vida, sus desvelos, sus preocupaciones, su trabajo incesante y tesonero. Sin duda le mortificaba la idea de haber tenido que salir secretamente de San Felipe, amparado en las penumbras de un frio amanecer, para no ser visto por ese pueblo que no aceptaba ni permitía que su cura emblemático fuera deportado injustamente y sin su consentimiento.
El 4 de Abril de 1903, quedó canónicamente aceptada y establecida la nueva Congregación Religiosa, con el nombre de Congregación de Hermanas Hospitalarias del Sacratísimo Corazón de Jesús. Diez días después se declaraba a la Congregación como Diocesana, estableciendo su Casa Central en San Carlos y dándole las licencias para abrir allí el noviciado. Como Superior General, fue designado por el Obispo, el sacerdote redentorista Don Carlos Donoso. El Padre Donoso nombró como Superiora General a Sor María de los Ángeles, y a Sor Verónica García como Maestra de Novicias.